Arnadí (Comunidad valenciana)

El arnadí es un postre que se remonta al tiempo del Al-Andalus, cuando los árabes dominaban gran parte de la Península ibérica. La etimología del nombre es objeto de discusión : tal vez sea un vocablo árabe-andalusí ya en desuso o bien la referencia a su procedencia. En este último caso se trataría de una modificación del vocablo "garnatí", es decir, de Granada. Actualmente su confección se ha centralizado en la zona de Valencia y es algo así como el postre típico de Xátiva. Se suele consumir en Semana Santa pero en la actualidad se realiza en cualquier fecha del año ya que los ingredientes están disponibles durante varias estaciones.
Se puede hacer con calabaza o una mezcla de calabaza y boniato. La verdad es que ignoro qué se empleaba en la receta original árabe. Ni la calabaza que conocemos - la típica empleada por Halloween - ni el boniato fueron accesibles en Europa hasta bien entrado el siglo XVI, así que supongo que se empleaba la pulpa de otro tipo de calabaza originaria de Asia y que ahora está en desuso en nuestra gastronomía.

INGREDIENTES :

1 Kg de pulpa de calabaza
4 huevos
6 cucharadas de miel de azahar
50 gramos de piñones
100 gramos de almendras molidas
50 gramos de almendras tostadas
1 cucharadita de canela en polvo
Limón

Con respecto a la miel, indicar que simplemente se trata de miel obtenida por las abejas exclusivamente de las flores del naranjo. Es fácil de encontrar en herbolarios o supermercados como el Mercadona. Si no podeis encontrarla, emplead en su lugar 1 Kg de azúcar blanquilla convencional.

Para obtener la pulpa de la calabaza simplemente cogeis una calabaza entera, la troceais si es muy grande, y meteis en el horno a 210 grados durante una hora, aproximadamente (o hasta que la carne esté tierna). Cuando esté bien horneada la sacais, la vaciais y pasais por la trituradora. Aquí había un paso previo en el recetario antiguo que consistía en poner la masa en una tela y dejarla colgada para que vaya escurriendo el agua sobrante durante toda una noche. Una forma más rápida consisten en depositar pequeñas bolas en un colador fino e ir apretando con una cuchara de madera para que suelte el agua. A la pulpa resultante se le añade la almendra molida, los huevos, la miel o azúcar, la cucharadita de canela y una raspadura de la piel del limón y se amasa hasta que quede homogénea.

La masa se va colocando en cazuelitas pequeñas de barro dándole una forma de cono (ver fotografía). Se decora con almendras tostadas y piñones para hornearlas a continuación a 150 grados hasta que la superficie está ligeramente dorada.

Se dejan enfriar a temperatura ambiente para entonces enfriarlas en el frigorífico, si bien se pueden consumir tal cual o incluso calientes.