Sangría de cerezas

Empieza la temporada de cerezas de manera que a partir de hoy os voy a explicar varias recetas con las mismas.
¿Por qué hay más recetas con fresas que con cerezas? La razón es simple : es un engorro eliminar el hueso de la cereza, mientras que con las fresas el problema no existe. Un pastel de hojaldre cubierto de cerezas es una receta excelente pero una pesadilla a la hora de prepararlo. Así que antes de explicar cualquier receta os explico cómo quitar el hueso de la cereza de manera fácil y rápida. 

En primer lugar es importante que a la hora de manipular cerezas os pongáis un delantal. Contienen un colorante muy fuerte que si mancha los tejidos es realmente difícil de eliminar. Otra característica más peligrosa de las cerezas que mucha gente desconoce es que sus semillas contienen un veneno que en determinadas cantidades puede llegar a matar. La ingestión accidental de las semillas no supondría mayor problema porque nuestro organismo no puede destruir las mismas y por tanto el veneno no se esparce, pero otra cosa sería que las pudiéramos masticar o reducir a polvo. Claro que entonces el sabor sería tan amargo que probablemente nos provocaría el vómito. 

Hay varias maneras de quitar las semillas. La más simple consiste en aplastar el fruto usando un cuchillo de hoja ancha o bien la base de un plato. El fruto se aplasta y el piñón sale disparado. El inconveniente de este método es que la carne no presenta buen aspecto tras el impacto, así que no lo recomiendo a menos que la estética no importe.

El segundo método es más elaborado y requiere emplear un clip de los que se utilizan para juntar papeles. Se ha de desdoblar como se muestra en la imagen. Retiramos el rabo de las cerezas e introducimos el clip que, a modo de cucharilla diminuta, nos ayudará a retirar el piñón sin maltratar el aspecto del fruto. Es más limpio que el método anterior pero requiere más paciencia.


El tercer método es más profesional y requiere apenas unos segundos para eliminar el piñón. Se trata de una herramienta especial que no tiene un coste elevado y que por simple presión de un punzón elimina el hueso, aunque tiene un efecto que muchos no desean : dejar la cereza agujereada de parte a parte.









INGREDIENTES :

Una botella de vino tinto (750 ml)
Medio vaso (100 ml) de zumo de naranja
2 melocotones grandes 
300 gramos de cerezas
1 copita de kirsch o cualquier otro aguardiente de cereza (opcional)
1 limón


Deshuesamos las cerezas y separamos unos 50 gramos. El resto las incorporamos a una jarra. Pelamos los melocotones, los deshuesamos y los hacemos cuartos, añadiéndolos también a la jarra. Con la ayuda de un mortero machacamos las cerezas que hemos apartados y el jugo obtenido lo incorporamos. Finalmente añadimos el vino, el zumo de naranja y unas rodajas de limón. Metemos en el frigorífico durante al menos tres o cuatro horas - mejor toda la noche si tenéis la suficiente paciencia - y lista para consumir bien fría. Si os gusta fuerte, añadid el licor de cerezas.