Plátanos a la vainilla (receta oriental-fusión)

En el Lejano Oriente no existe el concepto de "postre" que manejamos en Occidente. Los platos son dulces o salados, o una combinación de ambos, y se sirven conjuntamente con las recetas que aquí denominaríamos como primeros y segundos para que sea el comensal quien decida el orden en que los toma. Así no es nada inusual que alguien en China comience su ágape consumiendo fruta fresca y deje el pato, la carne o el arroz  para el final mientras que su compañero de mesa hace exactamente lo contrario.

Esta receta es una fusión de diversas gastronomías tropicales. Tenemos por un lado el plátano o banana, originario de la India y la leche de coco, muy utilizada en el Sudeste asiático. Por otro lado la vainilla, procedente de México pero que se ha adaptado bien a algunas zonas del Índico (siendo Madagascar su principal productor) y el ron, bebida típica del Caribe.

Una particularidad de esta receta es que el plátano se cocina al vapor para impedir que con una cocción directa en agua convirtiera las rodajas del mismo en una especie de puré. Además, cocinándolo al vapor no se pierden muchas de las propiedades del mismo, que no sólo es una fuente importante de carbohidratos, sino de vitaminas y minerales.

INGREDIENTES (4 personas) :

4 plátanos grandes
1 vaina de vainilla
1 limón
3 naranjas
1 cucharada de Ron
1 cucharada de miel
1 cucharadita de azúcar
Un cuarto de vaso de leche de coco (50 ml)

Pelamos los plátanos y los cortamos en rodajas. A continuación los rociamos con el zumo de medio limón - para evitar que se oxiden - y reservamos.

Ponemos agua a hervir en una cazuela. Cuando hierve introducimos la vaina de vainilla partida por la mitad. Colocamos los trozos de plátano en un utensilio para cocinar al vapor - si no lo tenéis podéis emplear un colador, escurridor o similar - y lo situamos sobre la cazuela espolvoreándolos con azúcar. Cubrimos y dejamos hacer durante 20 minutos. De esta manera el plátano se ablandará sin perder la forma y además tomará el aroma de la vainilla.

En una sartén vertemos el jugo de las tres naranjas, el jugo de la otra mitad del limón, el ron y la miel sin dejar de remover a fuego medio. Cuando espesa y forma una especia de caramelo añadimos la leche de coco y removemos lo justo para que todo se mezcle.

Emplatamos las rodajas de plátano y vertemos por encima la crema que hemos hecho en la sartén. Se puede servir frío, caliente o lo más habitual, del tiempo. 

Se puede servir tal cual o acompañado de nata montada, o con un poco de sirope de chocolate o incluso sobre una crepe. En cualquier caso un postre que de verdad merece la pena hacer.